14 jul 2015

El Reloj...



Saben, en este tiempo incursione en el mundo de los adultos...

Un viaje largo y extenso, para llegar a un lugar donde los chistes y las risas se toman a mal, donde desviarse del camino es un tabú. Quise ser yo, y cuando pude lo fui, pero todos me querían cambiar. Me tomaban por arcilla, y todos querían que tomara su forma, que me igualara a ellos.
Me sentía pequeña, extraña, el bicho raro que no encajaba. Con la instrucción de bienvenida que dan a cualquiera cuando llega a un mundo raro “Sigue mis pasos y no digas nada”

Todo serio, todo a prisa, casi sin color, como los engranes de un reloj. Totalmente meticuloso y donde era necesario que todos giraran para que la maquina funcionara. Sintiendo a cada momento como me empujaban para seguir dándole cuerda aquel reloj.

Se imaginan, estar junto con tornillos, tuercas, engranes, resortes, números, manecillas y cristal. Y yo siendo de goma, flexible, suave y quien por más que lo intento no logro ser rígida como todos los demás querían

Cuando llegue aquel lugar me sentía emocionada, todo un mundo nuevo para mí, maravillada con todo aquel funcionamiento, viendo como hasta el más pequeño que se desempeñaba era necesario para que todo funcionara. Las manecillas eran quienes aquí gobernaban, todos teníamos que movernos para que ellas giraran. Me dieron la tarea de dirigir a algunas tuercas y tornillos, pero yo siendo de goma no sabía qué hacer, no sabía a donde ir, ni hacia donde me tenía que mover, pero por suerte para mi ellos ya sabían lo que tenían que hacer. Me sentí decepcionada de mi misma por momentos, no haber logrado lo que otros querían de mí.
Pero aun así no me siento mal de haber me ido de ahí, sé que tendré que volver algún día, ojala y al siguiente mudo al que vaya no sea un lugar donde me sienta aislada y olvidada, sino un lugar donde yo logre embonar



Saludos

Y muchos abrazos
Espero aun me sigan leyendo ;)